Esta paradójica pregunta no viene al caso. Si este espacio se llama Sociedad de Arqueólogos Anónimos, no tiene sentido que quieran saber quiénes somos; además, si la prestigiosa Real Academia Española nos dice que anónimo es el ‘secreto del autor que oculta su nombre’, sería una contradicción esencial decirles que nos llamamos Daniela Padilla y Camila Charó y que estudiamos arqueología en la Universidad de Chile. No. Esto no va con nuestra Sociedad. Pregúntennos de todo, menos quiénes somos, y mantengamos el anonimato. Ahora bien, al contrario de lo que sucede en la mayoría de las aproblemadas Sociedades Anónimas, nosotros no queremos rehabilitarnos ni rehabilitar a nadie, sino al contrario hacernos cada día más adictos y promover esta adicción. Peligroso, ¿no? Pero todo depende de qué adicción estamos hablando.
La arqueología científica ya cuenta con instancias de autoreflexión institucionalizadas: sus congresos, sus jornadas anuales de discusión, sus grupos estables de trabajo, sus revistas especializadas y sus laboratorios. Nuestra idea, entonces, es desprendernos de la rígida autoridad científica que ha determinado históricamente el quehacer arqueológico en nuestro continente para escribir y reflexionar libremente aquí, o donde sea, pues el conocimiento debe permearnos a todos y a todas transversalmente sin importar cuantos títulos tengamos ni cuantas veces nos han citado.
Pero, sin embargo, tenemos muchas ideas, algunas recolectadas por ahí, algunas sembradas y en proceso, otras ya crecidas… y queremos compartirlas y enriquecerlas con todos los arqueólogos anónimos que paseen por la, también anónima, red virtual… así que: Opinen! Pregunten! Debatan! Critiquen! Destrúyannos si es necesario! Y es una orden…
Es importante que esto se nos escape de las manos -ya estamos dando el primer paso para arrancarlo de las manos de la autoritaria ciencia positivista- porque saber es poder y porque, al fin y al cabo, en esta red virtual de múltiples caras todos podemos en alguna medida ser arqueólogos anónimos
Es importante que esto se nos escape de las manos -ya estamos dando el primer paso para arrancarlo de las manos de la autoritaria ciencia positivista- porque saber es poder y porque, al fin y al cabo, en esta red virtual de múltiples caras todos podemos en alguna medida ser arqueólogos anónimos
Ahh! y también nos divertimos... si no nos creen pueden dirigirse a la videoteca y se encontraran con un fabuloso video de algunos de nuestros miembros fundadores en tiempos de Congreso…
Fotos: Amaranta Buendía y Robert Doisneau
1 comentarios:
Hola me llamo Hèctor. Soy de Ctatlunya, una region de España i levo unos 4 años trabajando en arqueologia, concretamente con sociedades indigenas preromanas en la peninsula iberica. Me interesaria poder hablar con ustedes si pueden dar-me un e-mail d contacto.
Gracias!
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