jueves, 20 de diciembre de 2007

Nuestra más reciente investigación


INFORME PRELIMINAR PROYECTO DE INVESTIGACIÓN DICIEMBRE 2007


NOMBRE DEL PROYECTO: Arqueología Social Latinoamericana: Reflexiones desde el fin del mundo
INVESTIGADORES RESPONSABLES: Sociedad de Arqueólogos Anónimos (ESEAA)
FINANCIAMIENTO: Profesor Andrés Troncoso Meléndez, Universidad de Chile (miembro fundador ESEAA).


DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO: La realización de este proyecto se enmarca dentro de la ‘Semana Latinoamericana’, evento a realizarse en octubre del próximo año, organizado por la Ilustre Municipalidad de Macondo con el fin de rescatar las raíces de nuestra sociedad, muchas veces perdidas en las tantas mezclas, cruces e hibridaciones modernas. En este afán de rescatar lo autóctono, don José Raquel Moncada, alcalde del mítico pueblo, nos invita a investigar y a presentar a la comunidad ‘lo autóctono’, ‘lo propio’ de la arqueología latinoamericana en su desarrollo teórico. Tomando en cuenta que lo único que, en cierta medida, podemos llamar como propio de la arqueología en esta parte del continente es la corriente teórica originada a fines de los años setenta, conocida como Arqueología Social Latinoamericana (desde ahora ASL), nos proponemos desentrañar los aspectos históricos, teóricos y metodológicos que jugaron un papel central en el desarrollo y génesis de este movimiento, aún corriendo el riesgo de que, a la luz de nuestros resultados, quedemos fuera de los anhelos originales del magno evento municipal.

A continuación presentamos un informe preliminar de las tres primeras etapas de nuestra investigación -aún en desarrollo-: prospección, excavación y análisis de los datos.

1° etapa: La prospección
Como primer acercamiento a nuestro estudio, hicimos un recorrido bibliográfico a través del desarrollo histórico de la arqueología en Latinoamérica como una manera de delimitar nuestro universo de estudio. Revisando informes de excavaciones anteriores evidenciamos que la práctica arqueológica en el continente ha estado desde siempre determinada por el contexto político-económico de la época: así, en tiempos de la conquista hispana, las nuevas autoridades recurrieron a la arqueología y a la antropología para lograr conocer muy bien a los pueblos indígenas e insertar eficazmente la nueva ideología. Luego, en el siglo XVII, vemos que se vuelve a utilizar la arqueología con fines políticos, esta vez por los movimientos independentistas quienes vieron en el rescate del pasado prehispánico la posibilidad real de demostrar fehacientemente la ilegitimidad de la ocupación europea y la legitimidad de sus reclamaciones políticas (Lorenzo et al. 1979). Posteriormente en el siglo XVIII, la investigación arqueológica estuvo monopolizada por las grandes potencias mundiales -Inglaterra, Francia y Estados Unidos- y centrada en el realce del logro civilizador de las poblaciones indígenas, con un marcado énfasis comercial (turístico) creándose los primeros museos nacionales y las primeras legislaciones acerca del patrimonio cultural. En este contexto, a los gobiernos latinoamericanos no les importaba mayormente las condiciones de vida de los indígenas descendientes de las grandes civilizaciones que ellos admiraban. Ya en los siglos XIX y XX, consolidado un modelo capitalista e imperialista estadounidense, surgen las dos principales corrientes de la arqueología mundial: la Historia Cultural y la Nueva Arqueología sucesivamente, los arqueólogos latinoamericanos se transformaron, de esta forma, en meros auxiliares de los arqueólogos europeos y estadounidenses.
A finales del siglo XX, los arqueólogos latinoamericanos, cansados de depender de las grandes potencias e influenciados por los movimientos revolucionarios de corte marxista que se estaban llevando a cabo en muchos países del continente, tomaron conciencia del importante papel que ellos podían desempeñar en la transformación de la realidad actual de las sociedades latinoamericanas, oprimidas tantas veces por imperios económicos y dictaduras militares. Es en esta coyuntura histórica que nace la ASL.

Teniendo delimitado temporalmente nuestro objeto de estudio -finales del siglo XX- sólo nos queda definir espacialmente nuestras áreas de trabajo, para lo cual realizamos un sobrevuelo por Latinoamérica, tomando fotografías aéreas a los principales focos de la ASL. A la vez, formamos cuatro grupos de prospección de cinco personas cada uno -estudiantes de tercer año de arqueología de la Universidad de Chile-, quienes, con una excelente disposición, recorrieron el continente en transectas sur-norte desde el sur de Chile hasta el norte de México, identificando las zonas de mayor concentración de material en superficie.
Una vez identificadas las zonas más densas, se realizaron
pozos de sondeo
de 30x40 cm en estos sectores, como una manera de delimitar la extensión de los sitios.
Como resultado de esta primera etapa del proyecto, se concluye que los sectores de Chile, Perú, Venezuela y México son los que evidencian una mayor presencia de ASL, con respecto a los otros sectores prospectados del continente.
No se pierdan la 2° etapa: La excavación, en el marco del proyecto de investigación: Arqueología Social Latinoamericana: Reflexiones desde el fin del mundo.
Pronto en una nueva entrada!

Cuadro: Diego Rivera
Lorenzo, J., L. Lumbreras, E. Matos, J. Montané, M. Sanoja y otros, 1979. El Manifiesto de Teotihuacán. En Revista Nueva Antropología 12 (lo tenemos en PDF, sólo deben pedirlo!)

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